10 puntos básicos para Perros Adoptados

Nos ha encantado este artículo de CANESCOOL, y con su permiso os lo dejamos por aquí:canescool

10 Puntos básicos para perros adoptados

Cuando adoptamos un perro lo hacemos con toda la ilusión del mundo y lo cierto es que las expectativas que tenemos rara vez concuerdan con la realidad. Por eso me gustaría hacerte llegar estos 10 sencillos pasos que te ayudaran en la adaptación de tu nuevo amigo. Ten en cuenta que los primeros 15 días en casa sentarán las bases de toda vuestra convivencia futura. Mejor hacerlo bien desde el principio,¿no?

PACIENCIA: Y es que a veces se nos olvida que lo que tenemos es un perro y nos enfadamos porque deciden hacer cosas que a ellos les parecen mucho más divertidas, como meterse en charcos, comerse cualquier cosa que encuentren, salir corriendo detrás de otros perros, revolcarse en vaya usted a saber qué… En fin, que debemos ser conscientes de que son seres vivos con sus propias decisiones y pensamientos y que no llegaron a nosotros con un manual de instrucciones y unas ganas locas de complacernos. Además, acabas de sacarle de su entorno habitual. Necesita tiempo para adaptarse a su nueva casa, sus nuevos dueños,… ¡mucha calma! Las trastadas iniciales serán divertidas anécdotas que contar en el parque 😉

PASEOS AJUSTADOS: Si tu perro ha sido adoptado en una perrera, lo más probable es que no saliese mucho y que como manda la ley, estuviese en una zona apartada y muy tranquila. Por eso realiza paseos cortos (10-15 minutos como máximo) para que se vaya habituando a su nuevo entorno, pero frecuentes (puedes hacer 5 ó 6 al día). Así no le sobreexcitas con mucha información de golpe y le aumentas las posibilidades de que haga sus necesidades fuera. En estos primeros días no le lleves a parques para relacionarse con otros perros, que se vaya haciendo a la zona, disfrute de un paseo relajado y que olisquee todo bien. Así evitarás que por temas de estrés tenga malas experiencias iniciales en el parque. Ah y aún que haga tiempo que dejó de ser un cachorro, prémiale que haga sus necesidades en la calle. A todos nos viene bien una ayudita inicial.

APORTA SEGURIDAD: Al principio no tienes que hacerte su amigo ni exigirle nada, lo que debes hacer es aportarle seguridad. Demostrarle que eres de fiar, confiable y previsible. Si empiezas exigiendo y corrigiendo, aportarás más estrés a una situación ya muy complicada. Mucha empatía por favor. Nada de volcarte tampoco en él. Ellos hacen borrón y cuenta nueva, así que nosotros también. Ni “pobrecito lo que ha sufrido” ni “ay la vida que ha llevado”, ahora está con nosotros y todo va a ir bien. Dedica unos minutos al día a premiarle con comida absolutamente todo lo que haga, desde mirarte a sentarse, tumbarse o quedarse quieto sin hacer nada. Será “vuestro momento”.

MANIPULACIÓN: Ojo con las caricias. No a todos los perros les gusta que les acaricien. Además, si está tenso, es más probable que puedan surgir problemas. Trabajaremos poco a poco el acercarnos a él, iremos aprendiendo que le gusta y que no, respetaremos su espacio y no le molestaremos mientras duerme ni come. Es habitual que se den casos de protección de recursos, sobretodo con la comida. Para saber como actuar en estos casos, puedes consultar nuestro post.

NIVEL DE EXIGENCIA: Es importante poner unas normas de convivencia desde el principio, pero eso no quiere decir que podamos regañar al perro. Si las primeras semanas comete errores, será culpa nuestra, ya que no se lo hemos enseñado. Lo mejor en estos casos es prevenir. Si no queremos que entre en las habitaciones, por ejemplo, no le dejaremos entrar desde un principio. Si no va a dormir con nosotros, es mejor no dejarle hacerlo al principio porque nos da pena. Si vas a dejar que se suba al sofá, ten en cuenta que él los días de lluvia también querrá subir y no entenderá porqué no le dejas… No exijas cosas que no le has enseñado y por supuesto, no regañes a un perro que acabas de adoptar. ¿Qué pensarías de alguien que nada más conocerte te critica absolutamente todo lo que haces?. Calma, ya habrá tiempo para exigir lo que se ha enseñado. PREVENCIÓN, es la mejor arma.

JUEGOS: Nada de que para cansarle le voy a hacer correr detrás de la pelota. Necesita juegos que le aporten calma, para eso lo mejor son los juegos de estimulación mental como búsquedas con su propio pienso, juguetes tipo Kong o Nina Ottosson, de hecho lo más sencillo para entretenerle son los huesos de masticación. Formas de canalizar energía de forma relajada. Deja el tira y afloja, persecuciones y batallas para cuando os conozcáis mejor y él sepa gestionar esos picos de estrés que genera el juego duro.

DEMANDAS DE ATENCIÓN: Es vital que enseñemos a nuestro perro que si quiere algo de nosotros, no puede demandarlo, es decir poniéndonos las patas encima por ejemplo. Esto genera muchos problemas que a la larga, son complicados de solucionar, pero que si atajamos de primeras, harán las cosas muy sencillas para todos. Así que para evitarlo, nunca le premiaremos cuando nos exija algo. Le ignoraremos, le privaremos de nuestra compañía, le pediremos que haga algo a cambio. Nada de regañarle, empujarle ni agarrarle. Para reforzarlo, premiaremos todas aquellas situaciones que sí nos gusten (que deje de ladrar, que ponga las cuatro patas en el suelo tras saltar, que esté tumbado tranquilo, que se siente para comer,…).

COMUNICACIÓN CANINA: Es increíble la cantidad de señales que pueden hacerse los perros, desgraciadamente nosotros tenemos bastante limitadas las que podemos usar con ellos, pero si las ponéis en práctica ya veréis como las entienden. Entre las que podemos utilizar están: bostezar, girar la cabeza, ponernos de lado, movernos lentamente, quedarnos quietos, desviar la mirada, sentarnos, dar la espalda. Si aún no has oído hablar de las señales de calma, aquí puedes ponerte al día.

AUSENCIAS GRADUALES: Intenta durante los primeros días no dejarle solo para evitar posibles destrozos. Si no puedes estar todo el tiempo, procura darle antes un paseo relajante y dejarle entretenimiento (búsquedas, juguetes,…) o bien contactar con algún amigo o familiar que pueda pasarse a verle o incluso darle otro paseo. Puedes grabarle con el portátil o el móvil para ver si realmente cuando te vas está tranquilo o por el contrario tu ausencia le afecta. Lo ideal es que poco a poco le enseñes a quedarse solo, con salidas primero de un par de minutos, luego cinco, siete, cinco, diez, quince, doce,… que sea creciente, pero no siempre a más. Los perros son animales sociales, no saben que es estar solos, deben aprenderlo. Por ello lo mejor es que lo hagan de forma gradual y sin traumas. No adoptes a tu perro el fin de semana, te vuelques con él y luego el lunes a trabajar 12 horas fuera de casa. Así tienes todas las papeletas para que surjan problemas serios.

RUTINA: La última, pero tan importante como la primera. Tu perro necesita tener una rutina cuanto antes. De comidas, paseos, horas contigo, juegos,… que su vida sea predecible hace todo mucho más sencillo. Reparte las comidas en varias tomas para que no le genere ansiedad, además si lo haces con búsquedas, rellenando juguetes como el Kong, le estarás ayudando a estar más relajado. Poder establecer una rutina le aporta estabilidad. ¡Es esencial!

Por último, si surgen problemas o ves que hay cosas que te superan, no lo dejes pasar. El tiempo no va a ayudarte. No dudes en contactar primero con quien te dio en adopción al perro. Muchas protectoras cuentan con personal cualificado que puede asesorarte o si no podrán recomendarte a un educador de confianza. Son muchos los perros que son devueltos porque sus adoptantes no atajaron a tiempo algo fácilmente solucionable.